14 de febrero de 2019
Todos tenemos experiencia de miradas capaces de sacar lo mejor o lo peor de nosotros mismos. Nuestra misión, nuestra vida y la de los demás, queda condicionada por nuestra manera de mirar. Es imprescindible reconocer su impacto en cualquier relación, más aún en la educativa. Además de nuestra preparación o formación técnica, ejercitar esa mirada es responsabilidad de cada uno. Cada formador decide cómo mirar a su alumno, a los padres de familia, a sus compañeros, al centro escolar… Podríamos decir que la primera tarea educativa de cualquier docente es aprender a mirar.
Sonia González Iglesias es licenciada en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Pontificia de Comillas, Máster en Humanidades y Doctora en Humanidades por la Universidad Francisco de Vitoria, Coach dialógico por el Instituto de Desarrollo del Directivo Integral. Ha desarrollado su labor profesional en el ámbito universitario y educativo, tanto en España como en el extranjero.