428 solicitudes recibidas de 42 países diferentes han concurrido a la vigésimo séptima edición de unas ayudas que actúan como elemento dinamizador del arte emergente.
Ocho artistas de cuatro nacionalidades diferentes (cinco españoles, un peruano, un israelí y una portuguesa) serán los beneficiarios de la XXVII edición de las Becas Internacionales de Artes Plásticas de la Fundación Botín. Los nuevos beneficiarios de este programa de ayudas expondrán sus proyectos artísticos en la muestra Itinerarios XXVII, cuya celebración está prevista para el año 2021.
Los creadores seleccionados han sido: Armando Andrade Tudela (Lima, Perú, 1975), Gruber Assaf (Jerusalén, Israel, 1980), Lucía Bayón (Madrid, 1994), Alfonso Borragán (Santander, 1983), Seila Fernández Arconada (Santander, 1986), Gonzalo Elvira (Patagonia, Argentina, 1971), Juan Morey (Mallorca, 1972) y Ana Santos (Espinho, Portugal, 1982).
María Bleda, Orlando Britto, Carlos Bunga y María Ines Rodríguez han sido los integrantes del jurado encargado de valorar las 428 solicitudes recibidas, procedentes de 42 países diferentes. Una cifra que constata el carácter internacional de estas ayudas destinadas tanto a la formación como al desarrollo de proyectos personales y de investigación, cuyo ámbito de interés sea la creación artística (no trabajos teóricos).
Desde su puesta en marcha en 1994, 208 artistas han recibido una de estas becas que actúan como elemento dinamizador del arte emergente y representan un apoyo de gran valor para todos los que quieren desarrollar un proyecto de investigación artística. La beca se completa con la exposición Itinerarios, en la que los artistas muestran los trabajos realizados durante la beca, así como con la edición de un catálogo que la acompaña y cuyo objetivo es proporcionarles una mayor visibilidad, tanto a ellos como a sus proyectos.
Cada una de estas becas tiene una duración prevista de 9 meses y comprende una dotación económica de 23.000 euros, así como un seguro de viajes y accidente en caso de precisar desplazamiento a un país distinto al de residencia. Una vez finalizada la ayuda, la Fundación Botín continúa al lado de los artistas realizando un seguimiento cercano de su trabajo e incorporando, llegado el caso, alguna de sus obras a su colección a través de la compra.
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