- Esta es la cuestión que aborda el último episodio de 2024 del pódcast “Las preguntas de la Fundación Botín”, en el que el psicólogo Tomás Navarro y la experta en Disciplina Positiva, Marisa Moya, debaten sobre los desafíos de educar en el siglo XXI.
- En esta entrega, ambos profundizan en temas como la gestión de la autoridad sin caer en el autoritarismo, la importancia de formarse y el impacto de las nuevas tecnologías en la crianza, así como en la necesidad de una colaboración efectiva entre familias y escuelas.
- Este episodio cierra la primera serie de 10 podcast de “Las preguntas de la Fundación Botín”, que mes a mes ha ido planteando cuestiones como ¿Es el arte contemporáneo una tomadura de pelo?, ¿De qué nos vamos a morir? o ¿Ha dejado de estar de moda la democracia?, entre otras, y que ha registrado más de 15.250 escuchas.
La educación es uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad. Su impacto va más allá de padres y docentes, trascendiendo las aulas y los hogares para moldear el futuro de nuestras comunidades y el mundo que estamos construyendo entre todos. En este contexto, se plantean varios interrogantes sobre cómo estamos formando a las nuevas generaciones: ¿Qué modelo educativo es realmente eficaz hoy? ¿qué papel juegan los límites, las recompensas y las consecuencias en la actualidad? ¿Estamos en un momento en el que la educación requiere más “zanahoria” que “palo”, o ambos enfoques tienen aún cabida?
En este nuevo episodio, décimo y último del año del podcast “Las preguntas de la Fundación Botín”, el psicólogo Tomás Navarro y la experta en Disciplina Positiva Marisa Moya, reflexionan sobre estos temas desde perspectivas complementarias, explorando qué significa realmente educar en el siglo XXI. Titulado ¿Niños felices o pequeños dictadores?,en este capítulo y a través de un diálogo profundo, ambos expertos comparten ideas, experiencias y propuestas sobre cómo las familias, las escuelas y la sociedad pueden trabajar juntas para construir un modelo educativo eficaz y equilibrado.
La autoridad y los límites en la educación
Según Tomás Navarro, la autoridad tradicional generaba adultos responsables a través de la búsqueda de disciplina, pero emocionalmente limitados, ya que a menudo se suprimía la capacidad de expresión y reflexión crítica: “Si creces bajo autoridad, aprendes a no disentir, a callarte”, señala. En su lugar, el psicólogo apuesta por un modelo más flexible y respetuoso, en el que los límites no sean impositivos, sino que se gestionen desde el entendimiento y la empatía: “La autoridad debe de ser una guía que permita a los niños entender el contexto en el que están y aprender a comportarse adecuadamente”, añade. Por si parte, Marisa Moya complementa esta visión subrayando que la autoridad mal gestionada degenera en autoritarismo, un modelo que termina dañando profundamente la relación entre padres e hijos. “Cuando la autoridad se impone, el adulto se posiciona como superior y manipula emocionalmente al niño. Esto puede dar resultados a corto plazo, pero mina la relación y el aprendizaje emocional a la larga”, explica. Los límites, según la experta en Disciplina Positiva, son necesarios para el desarrollo de los niños, pero deben ser establecidos a través de una comunicación respetuosa y no violenta, que permita al niño entender el “por qué” detrás de cada norma. De este modo, se fomenta la responsabilidad, se refuerza la confianza mutua y se construye una relación basada en el respeto y el aprendizaje emocional compartido.
Uno de los mayores problemas actuales, según los invitados, es el desequilibrio entre el autoritarismo tradicional y la permisividad contemporánea. Marisa Moya advierte que ambos extremos son perjudiciales: “el autoritarismo enseña sumisión y la permisividad fomenta sentimientos de insuficiencia y dependencia en los niños”. Por eso, asegura que es fundamental encontrar un punto de equilibrio que combine disciplina con respeto, para que los niños se desarrollen de manera equilibrada, aprendiendo tanto a autorregularse como a sentirse valorados y comprendidos. Tomás Navarro, por su parte, destaca que los cambios culturales han provocado una falta de referentes claros en la crianza, dejando a padres y educadores en una posición de incertidumbre. “Educar implica enseñar a tomar decisiones y a prever consecuencias, algo que los niños pueden aprender desde muy pequeños”, comenta.
Educación compartida entre la escuela y la familia
Durante el episodio también se habla de la importancia de que la educación sea un proceso coherente, en el que tanto las familias como las escuelas trabajen de manera conjunta y alineada para formar niños autónomos, responsables y capaces de afrontar los retos de la vida con seguridad y criterio.
El entorno y contexto es muy importante, y el impacto de las redes sociales y de las nuevas tecnologías continúa siendo un tema central en cualquier casa. Para Tomás Navarro, la tecnología es una herramienta poderosa que, si se utiliza adecuadamente, puede acercar a padres e hijos y ofrecer nuevas formas de aprendizaje. Sin embargo, para aprovechar todo su potencial es necesario enseñar a los niños a usarla de forma responsable: “Es importante que los niños aprendan a discernir qué es bueno y qué puede ser una estafa o incluso un peligro, como el ciberacoso”, comenta Navarro. Además, Marisa Moya expone que las redes sociales pueden amplificar problemas preexistentes en la dinámica familiar: “La prohibición no es la solución, porque lleva a la sumisión o a la rebeldía. Lo que hace falta es educar a los niños en el uso responsable de estas herramientas, acompañándolos y estableciendo límites coherentes”.
Sin embargo, no toda la responsabilidad debe recaer únicamente en los padres ya que, según Navarro: “No todos cuentan con las herramientas adecuadas para enseñar competencias clave, por lo que la escuela ha de asumir un papel en la enseñanza de habilidades fundamentales, como tomar decisiones o analizar contextos sociales”. En este sentido, Moya concluye el episodio destacando el valioso potencial de las familias para convertirse en agentes de cambio en la educación de sus hijos: “Confío en la capacidad de los padres para educar, pero es fundamental que trabajemos en comunidad, uniendo fuerzas con los colegios para construir un entorno coherente y seguro para los niños”.
En definitiva, uno de los principales retos de la crianza actual no radica tanto en la falta de recursos, sino en la falta de tiempo y reflexión consciente. Ser padres y madres hoy no es necesariamente más difícil que antes, pero sí requiere una dedicación especial, formación continua y la valentía de educar con firmeza y coherencia, teniendo siempre presente las necesidades reales de los niños y adolescentes que conformarán el futuro de la sociedad.
Este pódcast puede escucharse ya en: Spotify, Ivoox, Podimo, Youtube, Apple Podcast, así como en la web de la Fundación Botín.
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