Beneficios del turismo rural sostenible

En este periodo en el que gran parte de la población aprovecha para tomarse unas merecidas vacaciones, se puede observar como hay infinidad de opciones, tantas como la creatividad y la economía te permita diseñar. Ya no es como antiguamente, cuando solo se viajaba a complejos hoteleros que aportaban un sentimiento de estar en el mismo sitio, aunque cada año se viajara a un lugar diferente.

Actualmente podemos disfrutar de destinos con alojamientos que están en mitad de la naturaleza, espacios abiertos donde poder cenar bajo las estrellas alimentos de su propia huerta, rodeados de vegetación y respirando aire puro, como son Valle del Nansa o Peñarrubia, parajes especiales donde disfrutar de la tranquilidad y el silencio. Se busca que cada momento de las vacaciones se convierta en “una experiencia” diferente, única.

Qué es el turismo rural sostenible

El turismo rural sostenible es una forma de viajar que respeta y aprovecha los recursos naturales, culturales y sociales de las zonas rurales, sin comprometer su conservación y fomentando su desarrollo. Este turismo genera beneficios económicos, sociales y ambientales en el territorio mediante la oferta de experiencias auténticas, educativas y participativas dirigidas a los visitantes.

Según el último informe del Observatorio del Turismo Rural, 6 de cada 10 alojamientos rurales se consideran sostenibles en España.

Entre las prácticas “sostenibles” que llevan a cabo, y que cumplen con los ODS, destacan la adquisición de productos procedentes de los comerciantes locales (52%), la realización de actividades divulgativas medioambientales (49%), contar con infraestructuras para la eficiencia energética (45%), emplear energías renovables o limpias (33%) y sistemas para el ahorro de agua (32%), así como separar y reciclar los residuos (45%).

En base a estos indicadores se pueden enumerar una serie de principios éticos, medioambientales, culturales y económicos que caracterizan a este tipo de turismo:

Minimizar su impacto ambiental, aplicando medidas de eficiencia energética, gestión de residuos, uso racional del agua y protección de la biodiversidad.
• Respetar la identidad y diversidad de las zonas rurales, valorando sus paisajes, patrimonio, tradiciones, gastronomía y artesanía.
• Promover la calidad y la innovación en los servicios y productos turísticos, adaptándolos a las necesidades y expectativas de los turistas, todo ello sin perder su esencia.
• Sensibilizar a los visitantes sobre la importancia de la sostenibilidad y el respeto al medioambiente y a las culturas locales.
• Fomentar la participación y los procesos colaborativos los que se involucren a los habitantes en la planificación, gestión y promoción del turismo.
• Contribuir al desarrollo socioeconómico de las zonas rurales, generando empleo, ingresos y oportunidades de formación y capacitación para los habitantes.

Concretamente el año pasado, un 42,5% de los españoles mayores de 18 años viajaron a algún destino rural. El turismo rural está cada vez más valorado, y el turismo rural sostenible supone un valor añadido , porque permite según sus usuarios

• Conocer y disfrutar de lugares únicos, alejados del turismo masivo y con un alto valor natural y cultural.
• Establecer un contacto directo con las personas que viven en las zonas rurales, aprendiendo de sus costumbres, saberes y modos de vida.
• Disfrutar de una extensa variedad de actividades que se adaptan a sus diferentes gustos e intereses: senderismo, cicloturismo, observación de aves, agroturismo, enoturismo…, etc.
• Contribuir al progreso económico y social de la zona.

Este tipo de turismo genera riquezas, ingresos para las comunidades locales, crea empleo, diversifica la economía, preserva el patrimonio y fomenta la participación social, por lo tanto, ejerce una importante contribución sobre el desarrollo rural. Un ejemplo de turismo rural sostenible es el que se realiza en Cantabria, una región que cuenta con una gran riqueza natural y cultural, y que ha apostado por un modelo basado en la innovación, la calidad y la sostenibilidad.

La Fundación Botín y su contribución al turismo rural sostenible

La Fundación Botín, en el marco de su programa de Desarrollo Rural, Patrimonio y Territorio, colabora por medio de Nansaemprende con distintos proyectos empresariales en el rural cántabro apoyando líneas de negocio que ofrecen experiencias y servicios turísticos diferenciados y respetuosos con el entorno, como alojamientos rurales, actividades de naturaleza, gastronomía local o artesanía.

Estos emprendedores forman parte de una red de colaboración que les permite mejorar su competitividad, acceder a formación y asesoramiento, y participar en proyectos conjuntos.

La Fundación Botín, para colaborar con la promoción del turismo rural sostenible en el Valle del Nansa y Peñarrubia, creó la Web Valle del Nansa, un espacio interactivo donde plantea itinerarios paisajísticos, rurales y fluviales para explorar la región. El propósito de la página es que los viajeros disfruten más y mejor de este territorio, que lo conozcan y lo valoren por sus características naturales, históricas, culturales o paisajísticas, y que lleven a cabo un turismo sostenible y de calidad.

Es por ello que, desde la Fundación Botín, se está apostando por la dinamización del turismo rural sostenible en Valderredible, territorio del sur de Cantabria, pues se trata de una palanca para dinamizar las áreas rurales y para evitar que la “España vaciada” siga ampliándose, ya que permite aprovechar los recursos propios de cada territorio, crear valor añadido, mejorar la calidad de vida de los habitantes y atraer a nuevos pobladores. Además, es una forma de turismo responsable que respeta el planeta y las personas, y que ofrece al viajero una vivencia más auténtica y enriquecedora.



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