- Hemos mejorado, y mucho. A pesar de ello, el último informe PISA asegura que España -aun siendo el país con más horas lectivas- lidera el ranking de abandono escolar en la UE, estando cinco puntos por encima de la media de la Unión.
- En el capítulo ¿Es la educación en España tan mala como dicen? hablaremos de todo esto con Pablo Fernández Berrocal, catedrático de psicología y director del Laboratorio de Emociones y del Máster en Inteligencia Emocional de la Universidad de Málaga, y Elena Nebreda, psicóloga clínica y pedagoga con más de 25 años de experiencia.
- Ambos conversarán sobre el papel del profesorado, la importancia de tener una comunicación fluida con las familias -y entre el resto de agentes implicados en el sistema educativo- y de la necesidad de entender la gran diversidad de centros y de alumnos que tenemos en nuestro país.
- La OCDE asegura que, el bienestar emocional, es fundamental para el rendimiento académico del alumnado. En este sentido, el 95,7 % de los coordinadores que lideran en sus centros educativos el programa Educación Responsable de la Fundación Botín aprecia mejoras en las competencias socioemocionales del alumnado que lo aplica.
Hay preguntas recurrentes, que en más de un momento de nuestra vida nos hacemos, y una de ellas es la que tratamos en nuestro nuevo capítulo del pódcast “Las preguntas de la Fundación Botín”: ¿Es la educación en España tan mala como dicen? Solemos pensar que sí, que lo bueno sucede en Finlandia o Estados Unidos, pero ¿es esto realmente así o en nuestro país también pasan cosas interesantes y la educación es mejor de lo que creemos? Hablamos de todo esto con Pablo Fernández Berrocal, catedrático de psicología y director del Laboratorio de Emociones y del Máster en Inteligencia Emocional de la Universidad de Málaga, y Elena Nebreda, psicóloga clínica y pedagoga con más de 25 años de experiencia en un colegio de difícil desempeño.
El abandono escolar y la indiferencia del profesorado
El último informe PISA asegura que España -aun siendo el país con más horas lectivas- lidera el abandono escolar en la UE, estando cinco puntos por encima de la media de la Unión, aunque como bien señala Pablo Fernández Berrocal, hace 12 años el abandono escolar en nuestro país era del 28 %, habiéndose reducido a la mitad y apuntando a la necesidad de profundizar en las causas de este abandono para poder seguir reduciéndolo.
Elena Nebreda coincide con él y hace hincapié en que estas comparaciones estadísticas pueden ser muy engañosas, ya que hay una serie de variables importantes que no se tienen en cuenta, como es la gran diversidad de centros educativos y de alumnos. “En España hay 28.000 colegios, de los cuales aproximadamente 19.000 son públicos y el resto son concertados y privados. Dentro de esos 28.000 hay colegios rurales y urbanos, colegios en el extrarradio de grandes ciudades, colegios segregados por sexo, religiosos, laicos y de educación especial. Por tanto, ¿es coherente usar un mismo “termómetro” para medir de manera fiable todas estas variables?”, señala Nebreda.
Según el informe “El Profesorado en España” de la Fundación SM, el porcentaje de profesores que afirman dar clase con indiferencia ha aumentado en los últimos años del 2 al 38 %. No sentirse reconocidos socialmente como merecen, no contar con los recursos materiales necesarios, la falta de comunicación con las familias y las cada vez mayores funciones administrativas que desempeñan son sólo algunas de las razones a las que apunta. En este sentido, Fernández Berrocal añade una más: “la falta de sentido de pertenencia. 1 de cada 3 profesores de secundaria es temporal, de forma que es muy difícil consolidar un proyecto y generar una implicación real sabiendo que el año que viene no seguirá en ese centro educativo”. Ante este escenario, Nebreda recuerda que es necesario que el equipo directivo del centro tenga la habilidad y el carisma necesarios para ser un líder innato en cuanto a dinámicas de grupo, que sepa manejar la inteligencia emocional y que transmita el sentido de pertenencia y la importancia de remar todos a una por un mismo objetivo. “En definitiva, que sepa convertir grupos humanos en equipos inteligentes”, puntualiza.
El uso de los dispositivos dentro y fuera del aula
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Pediatría coinciden en que, antes de los dos años, los niños no deberían utilizar móviles. A partir de esa edad, y hasta los 12, el tiempo de uso de estos dispositivos debe de ir aumentando gradualmente, inicialmente en periodos muy cortos y de manera responsable, evitando que coincidan con las comidas y siempre bajo la supervisión de un adulto. Después, entre los 12 y los 18 años, hay cierta controversia, aunque la mayoría de los estudios sugieren que el impacto de los móviles depende en gran medida de cómo y quién los utiliza. “Su uso tiene mucha relación con el entorno en el que estos menores viven. Aquellos niños que provienen de entornos más desfavorecidos y cuentan con una menor oferta de ocio en su tiempo libre, utilizan estos dispositivos muchas más horas a lo largo del día”, asegura Nebreda.
Según los expertos, un uso excesivo de pantallas provoca que dejen de participar en otras actividades como la lectura, la conversación familiar y la interacción con amigos. Además, pueden aparecer problemas de visión y posturales, así como otras complicaciones como obesidad y trastornos del sueño que afectan negativamente al rendimiento académico, especialmente cuando se emplean redes sociales, lo que reduce la capacidad de concentración y atención necesarias para una lectura profunda. Todo esto desemboca en comportamientos de riesgo, como el consumo de contenido pornográfico, trastornos alimentarios y acoso escolar.
Sobre el uso de dispositivos en las aulas, Nebreda asegura que no se logra un mejor aprendizaje por usarlos; a pesar de su atractivo, no garantizan mejores resultados académicos. Aún así, existen buenas prácticas como Playing Emotions, un nuevo recurso educativo del programa Educación Responsable de la Fundación Botín, que utiliza el potencial de los videojuegos para trabajar competencias tan necesarias como la colaboración, la toma de decisiones y el pensamiento creativo en el aula.
La importancia de las emociones
Según destaca la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el bienestar emocional juega un papel fundamental en el rendimiento académico de los alumnos. De hecho, según el último Informe PISA, está fuertemente relacionado con su desempeño en áreas como matemáticas, lectura y ciencias. Cuando los profesores trabajan la inteligencia emocional y social de los niños se observa un aumento significativo en su creatividad, generosidad y empatía, al tiempo que se reducen los comportamientos violentos y agresivos entre los alumnos. Está científicamente demostrado que un estado de ánimo positivo mejora la atención y facilita las actividades en el aula y en la vida cotidiana.
Conscientes de la importancia de aplicar la inteligencia emocional en las aulas, hace más de 18 años la Fundación Botín creó el programa Educación Responsable, con el que contribuye al crecimiento saludable de niños y jóvenes de entre 3 y 16 años a través de un plan de formación y acompañamiento, con recursos didácticos para el aula y las familias, que propician su desarrollo emocional, social y creativo. En la actualidad, y con las artes como vehículo principal, el programa busca potenciar el talento y la creatividad de los alumnos para que sean autónomos, competentes y solidarios. Sin ir más lejos, los estudios realizados revelan que, a los 12 años, los alumnos que aplican el programa muestran un mayor autoconocimiento emocional (hasta un 8 % más), un mejor manejo del estrés y una reducción significativa del retraimiento, que disminuye hasta en un 20 %. Asimismo, el programa también constata la influencia que ejercen los profesores en el desarrollo de las competencias de sus alumnos, con el 95,7 % de los coordinadores que lideran el programa ER en sus centros educativos apreciando beneficios en las competencias socioemocionales de sus alumnos. Por último, los estudios llevados a cabo también revelan efectos beneficiosos de trabajar todas estas variables a través del programa ER, con un aumento de la creatividad del 15 % entre los 6 y 8 años en los alumnos que aplican este programa.
En este sentido, los expertos coinciden en que es fundamental establecer criterios nacionales unificados para identificar las escuelas más vulnerables e implementar cambios en los planes de estudio universitarios que permitan formar mejor a los maestros del futuro. Destaca especialmente la idea de que, lo realmente positivo para el alumnado, es que la dirección de la escuela, los profesores y las familias caminen de la mano para conseguir una educación responsable 360.
Este pódcast puede escucharse ya en: Spotify, Ivoox, Podimo, Youtube, Apple Podcast, Google Podcast, así como en la web de la Fundación Botín.
Compartir