¿Cómo fortalecer la autoestima del alumnado?

La autoestima emerge como un componente decisivo en el desarrollo integral de los estudiantes, ejerciendo una influencia significativa tanto en su bienestar emocional como en su rendimiento académico. Esta capacita a los alumnos para abordar desafíos, perseverar en momentos difíciles y confiar en sus habilidades. Así, la construcción de una autoimagen positiva debe iniciarse a temprana edad, enseñando a los niños a reconocer sus fortalezas y debilidades sin juzgarse ni compararse con otros. Sin embargo, la realidad actual presenta grandes desafíos en el ámbito del acoso escolar y el bullying. En España, se ha observado un crecimiento explosivo de estas problemáticas en los últimos cinco años, lo que ha llevado al Ministerio de Educación a considerar el acoso en las aulas como un asunto de Estado.

Aunque tradicionalmente las instituciones educativas se han enfocado en el desarrollo intelectual de los estudiantes, la salud mental ha ido adquiriendo cada vez una mayor importancia, pues un alumnado con una buena autoimagen suele enfrentarse a los desafíos con una mayor confianza, estar más dispuesto a participar en clase y mostrar una actitud de apertura e interés hacia el aprendizaje. En este proceso, el ámbito educativo desempeña un papel crucial, pues necesita herramientas efectivas. La Fundación Botín aborda este desafío a través de su programa Educación Responsable, que proporciona un plan de formación para los docentes  y más de mil situaciones de aprendizaje entre sus recursos, destinados a favorecer el desarrollo emocional, social y creativo de los alumnos; también con «La Educación que queremos», un ciclo de conferencias concebido como un espacio compartido entre profesores, alumnos, familias e interesados en educación en general.

Además, en 2011, junto a la Facultad de Educación de la Universidad de Cantabria, puso en marcha el Máster en Educación Emocional, Social y de la Creatividad, una titulación diseñada para mejorar la preparación y el bienestar personal de los profesores, al tiempo que incorpora a la docencia la promoción de las competencias emocionales, sociales y creativas del alumnado. Más tarde, en 2021, con el objetivo de seguir respondiendo a una necesidad social y educativa real en base a ese Máster, creó un curso de Experto en colaboración con la Universidad Francisco de Vitoria, un amplio plan que consta de 25 créditos ECTS y es 100% online. Y es que, enseñar a los alumnos a detectar y percibir y gestionar sus emociones de forma lógica y saber qué se siente para poder expresarlo no es tarea fácil, aunque sí es importante tanto para uno mismo como para los que nos rodean. Por ello, es esencial saber cómo conseguirlo y a continuación apuntamos a algunas claves básicas:

  1. Fomentar un ambiente de aceptación y apoyo. Un ambiente escolar positivo y enriquecedor es esencial para el desarrollo de la autoestima, teniendo los educadores un papel fundamental en la creación de este entorno acogedor donde se escuchen todas las emociones e ideas. Esto puede lograrse mediante una comunicación abierta, con la celebración y el reconocimiento de los logros o la estimulación del trabajo en grupo, donde cada estudiante aporte sus habilidades. Esto refuerza la idea de que todos tienen algo valioso que ofrecer.
  2. Desarrollar las habilidades y el talento individual. Cada estudiante es único, con habilidades y talentos distintos. Fortalecer la autoestima implica descubrir y potenciar esas habilidades a través del autoconocimiento, la ayuda a los estudiantes para que establezcan metas alcanzables o el desarrollo de habilidades sociales como la comunicación y la empatía. Las relaciones sociales positivas contribuyen significativamente a una autoimagen positiva.
  3. Aprender de los fracasos y superar los obstáculos. Los fracasos y desafíos son inevitables, pero la forma en que se abordan puede marcar la diferencia en la autoestima. Enseñar a los estudiantes a ver los fracasos como oportunidades de aprendizaje y proporcionar un buen sistema de apoyo emocional, son dos de los elementos claves para superar los problemas de autoestima que el alumnado pueda sufrir.
  4. Involucrar a las familias: La colaboración entre la escuela, los padres y la comunidad es clave. Sólo con un trabajo colaborativo se puede conseguir un ambiente emocional seguro en las aulas.

En definitiva, la inversión en el bienestar emocional dentro del currículo educativo impacta en el presente de los estudiantes al mismo tiempo que modela su percepción y contribución futura a la sociedad. La importancia de este proceso radica en su capacidad para intervenir no solo en el desarrollo académico, sino también en las habilidades personales y en la contribución positiva al mundo que les rodea. Por eso, fortalecer la autoestima de los niños desde los primeros años se convierte en una misión que no solo beneficiará a los estudiantes individualmente, sino que también contribuirá a la creación de un entorno escolar positivo y a un mundo menos hostil.



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