Establecer un vínculo entre las emociones y la creatividad, clave para hacer frente a los desafíos cotidianos

  • En un mundo en el que las máquinas son capaces de pensar, escribir o dibujar por sí mismas, damos respuesta a la pregunta ¿De verdad la creatividad te sirve para algo? en el nuevo capítulo del pódcast de la Fundación Botín.
  • En esta conversación han participado Eduardo Sáenz de Cabezón, Marina Pascual y Valeria Palmeiro, más conocida como Coco Dávez.

En un mundo cada vez más complejo y cambiante, la capacidad de pensar de manera innovadora y encontrar soluciones creativas se ha convertido en un aspecto esencial para abordar diversos ámbitos de la vida diaria. Nos enfrentamos a desafíos constantes en el trabajo, la educación, la tecnología o la vida personal, lo que exige un pensamiento creativo capaz de generar ideas nuevas y originales, pero que también impulse el progreso social y el crecimiento personal.

En este nuevo episodio -el sexto- del pódcast “Las preguntas de la Fundación Botín”, bajo el título ¿De verdad la creatividad te sirve para algo?, destacamos la importancia de la creatividad en un mundo donde, a pesar de que las máquinas ya piensan, dibujan, escriben y narran por sí mismas, carecen de un aspecto fundamental propio del ser humano: sentir emociones.

“Las preguntas de la Fundación Botín”, es un pódcast en el que se plantean temas que nos interesan a todos. Tiene que ver con la actividad social que desarrolla la Fundación Botín, pero, sobre todo, tiene que ver con cuestiones que nos preguntamos y a veces discutimos cuando estamos entre amigos, en familia o con compañeros de trabajo. En esta ocasión, han participado Eduardo Sáenz de Cabezón, presentador del programa de divulgación científica Órbita Laica de La 2 de TVE, además de matemático y profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de La Rioja y Marina Pascual, responsable de programas para el desarrollo de la creatividad del Centro Botín. También interviene Valeria Palmeiro, más conocida como Coco Dávez, pintora, fotógrafa y directora de arte.

Así, Marina Pascual se ha mostrado convencida de que “la creatividad nos sirve para todo”. Si bien la inteligencia artificial puede simular esta habilidad y las máquinas pueden generar ideas gracias a su programación, nunca podrán disponer de emociones, algo tan propio del ser humano. También menciona que “la creatividad es la capacidad que todos tenemos para generar ideas que resuelvan los desafíos del día a día. Cualquier reto al que nos enfrentamos implica un proceso creativo, aunque no esté relacionado con las artes”.

Por su parte, Eduardo Sáenz de Cabezón sostiene que “la creatividad no está solamente asociada al producto creativo -texto, imagen, audio-, sino que además tiene un antes y un después”. En otras palabras, contiene una intención. Y es que, tal y como comenta el matemático “uno no puede ser creativo sin tener un propósito, y una máquina -de momento- puede crear, pero no tiene interiorizado el objetivo de transformar, compartir o generar, tal y como hace de forma innata la creatividad humana”. Además, en todo este proceso existe un postproceso, ya que -aunque uno pueda tener una idea-, si no sabe cómo desarrollarla no se puede considerar idea creativa. Existe una gran diferencia entre ocurrencia y creatividad”, continúa Sáenz de Cabezón.

La creatividad como pilar transversal en todas las profesiones y áreas de conocimiento

El Foro Económico Mundial publica una lista cada cinco años sobre aquellas competencias necesarias para los empleos de los próximos años, un ranking en el que han aparecido ya habilidades relacionadas con la inteligencia emocional y la creatividad y, para 2025, se espera que estas ocupen siete de los diez primeros puestos. En una sociedad dominada por la información, la tecnología y la economía global, donde la colaboración y la innovación son esenciales, es lógico que estas aptitudes adquieran cada vez más relevancia. Por eso, Marina Pascual insiste en que “la creatividad es la capacidad que tenemos todas las personas, para crear soluciones nuevas y apropiadas, o asociar ideas que ya existen para que generen este tipo de soluciones. Por este motivo, la creatividad es esencial para todas las profesiones, y para todos nosotros”.

Tradicionalmente, la creatividad se ha vinculado con las artes y se tiende a subestimar su importancia en áreas y disciplinas más lógicas o analíticas como la ingeniería, las matemáticas, la contabilidad, la abogacía o la economía. Existe la creencia de que los procesos creativos no se dan en estas profesiones y que la creatividad no es necesaria para llevarlas a cabo. Sin embargo, desde la perspectiva de Eduardo Sáenz de Cabezón, matemático de profesión, esta es una interpretación errónea: “la creatividad tiene la capacidad de conectar ideas y conceptos de manera inesperada, dotándolos de intención y significado. Es importante que el acto creativo sea un hecho con un motivo, y esto depende de la profesión. Por ejemplo, en el caso de las ciencias, el significado reside en encontrar soluciones innovadoras o abordar un problema de una manera que no se haya hecho antes”. Asimismo, para Coco Dávez es fundamental extender el pensamiento creativo a todos los sectores, aclarando que “tenemos la idea de que el creativo es aquel que se dedica al mundo del arte o a áreas parecidas, en las que lo artístico interviene. Por eso, es muy interesante naturalizar que la creatividad es algo intrínseco a nosotros y que la utilizamos cada día para resolver problemas”. Partiendo de esta idea, la artista concluye con la importancia de potenciar esta habilidad para no perderla, ya que a partir de los siete años comienza a reducirse a un ritmo muy acelerado.

Valentía y curiosidad: dos características esenciales en una persona creativa

¿Qué significa ser una persona creativa? En este contexto, ambos expertos hablan sobre qué es lo que define a alguien creativo, es decir, cuáles son las características que han permitido a este tipo de perfiles desarrollar esta habilidad y, posteriormente, ponerla en práctica. En el estudio “Artes, emociones y creatividad” llevado a cabo por la Fundación Botín junto a la Universidad de Yale en 2014, la doctora Zorana Ivcevic, científica e investigadora sénior del Yale Center for Emotional Intelligence, mantiene que estos individuos son personas que están abiertas al cambio y a nuevas experiencias. La curiosidad y el juego son los motores del aprendizaje, y “tenemos que dejar de entender el juego como algo sólo de niños. A todos nos gusta jugar, y no hablo solo de cuando nos divertirnos y reírnos, sino de aprender, porque es a través del juego cuando realmente se aprende. Podemos sustituir la palabra juego por experimentación o por investigación, y estaremos hablando del mismo proceso fundamental que impulsa el aprendizaje y el desarrollo”, añade Marina. También estamos hablando de personas sin temor a exponer lo que piensan, que son valientes y llevan a cabo sus proyectos con determinación, ya que ser creativo no es solo tener una idea, es implementarla y llevarla hasta el final.

Las emociones, motor del pensamiento creativo

“Las artes surgen de la emoción y, al mismo tiempo, las activan. Si gestionamos bien estas emociones, podremos llegar al final del proceso creativo. Con lo cual, adentrarnos en procesos artísticos nos permite conocer nuestras capacidades emocionales, regularlas, aprender de ello y, además, desarrollar habilidades creativas”. Así es como Marina Pascual describe la importancia de las emociones para el pensamiento creativo. La alegría nos ayuda a generar ideas, la tristeza a ser más analíticos y hay otras que tienen que ver con el aprendizaje, como la curiosidad o el aburrimiento; o las que tienen que ver con las relaciones sociales, como el orgullo o la vergüenza. Es por ello que, practicando con las artes podemos identificarlas, validarlas y regularlas para potenciar nuestros procesos creativos.

En este sentido, el Centro Botín utiliza las artes para experimentar procesos creativos que después nos ayuden a aplicar lo aprendido en la vida cotidiana. Por ejemplo, Pascual explica que las ideas para resolver un problema a menudo surgen de la frustración porque algo no funciona bien. Esta emoción inicia el proceso creativo, y nuestras habilidades emocionales nos guían hacia una solución. De esta manera, la creatividad se integra en la rutina diaria, ayudándonos a gestionar y transformar nuestras emociones en soluciones efectivas. Por todo ello, el nuevo episodio de «Las preguntas de la Fundación Botín» descubre el importante papel de la creatividad a la hora de enfrentarnos a los desafíos más cotidianos. Puedes escucharlo en Spotify, iVoox, Podimo, YouTube, Apple Podcast, YouTube Music, así como en la web de la Fundación Botín.

FOTO 1

FOTO 2



Noticias relacionadas