Claves para ser un buen profesor

Ser un buen docente es un desafío constante, pues todo en el ámbito educativo está en continua evolución. Partimos de la idea de que no existe un modelo único de buen docente, sino que se pueden diferenciar multitud de tipos dependiendo del contexto: lo que necesita el alumnado, el estilo comunicativo de cada uno, etc. Sin embargo, todo buen docente ha de tener una serie de competencias esenciales para el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado.

¿Cómo ser un buen profesor?

La importancia del bienestar emocional

Ante la pregunta de cómo ser buena profesora o profesor, muchos estudios coinciden en destacar cómo las emociones tienen una influencia directa en el aprendizaje, pudiendo activar las redes neuronales y reforzar las conexiones sinápticas. Esto evidencia que los aprendizajes se consolidan mejor en el cerebro cuando se involucran las emociones. En consecuencia, cada vez más especialistas de diferentes campos reivindican la necesidad de fomentar el desarrollo emocional y personal de los menores a lo largo de toda su etapa educativa.

Con este fin, lo primero que debemos hacer como sociedad es cuidar de nuestros docentes. Según el I Estudio Nacional sobre el estado de ánimo de los docentes, el 39,9% de los docentes con entre 5 y 15 años de experiencia, sienten que están en un estado emocional que puede asociarse con la depresión. El 35,5% se siente maltratado de forma habitual en su entorno laboral por diferentes agentes (administración, familias, compañeros…). Más del 50% asegura que el principal obstáculo en su día a día es de carácter burocrático y legislativo y 6 de cada 10 siente que su labor no importa a la sociedad.

Educar mientras se enseña

Enseñar no es lo mismo que educar, pues comprende otros muchos aspectos de la persona más allá de los conocimientos matemáticos, lingüísticos o científicos que son importantes que aprenda. Para crear un mundo más sostenible, con una economía estable y una sociedad más justa e inclusiva, necesitamos docentes que no solo enseñen sino también eduquen. Para ello es clave trabajar con las familias, pues es una tarea compartida, teniendo en cuenta que para muchos estudiantes el docente puede llegar a ser el único generador de confianza con el que cuentan.

Atendiendo a esto, podemos preguntarnos: ¿cómo debe ser un profesor? La formación es clave. El  Programa Educación Responsable de la Fundación Botín lleva 16 años formando a los centros educativos para lograr una educación socioemocional y creativa. Además, ofrece una serie de recursos educativos a través de los cuales se trata de promover una nueva manera de educar más participativa e innovadora.

El Programa cuenta con una Red de Centros que asciende a casi 800 y desde el principio ha apostado por el cuidado del docente como parte de ese proceso formativo que se plantea. Además, la Fundación Botín junto con la Universidad Francisco de Vitoria ha creado el Programa Experto EESC para la Transformación Educativa, el cual ofrece a cualquier profesional de la educación formal y no formal los recursos necesarios para crear su propio proyecto de transformación docente con el que integrar las emociones y la creatividad en el aula y profundizar en la conexión con alumnos, compañeros y familias en la comunidad educativa.

Educar sin dejar a nadie atrás

Otro aspecto clave es la inclusión, que garantiza una educación de calidad para todos los estudiantes en igualdad de condiciones y oportunidades, prestando especial atención a quienes están en situación de desventaja. Aproximadamente el 25 % del alumnado tiene alguna Necesidad Educativa Especial, sin contar a todos aquellos que están padeciendo alguna circunstancia personal (divorcios, duelos, bullying, etc.) que hace que su capacidad de atención y de seguimiento normal del ritmo de la clase se vea mermado. En el siguiente artículo puedes encontrar algunas claves prácticas sobre cómo llegar a todo el alumnado para que ninguno se sienta excluido.

En definitiva, el camino hacia la mejora como profesor está estrechamente relacionado con las emociones, que también son esenciales en la educación de los estudiantes. La capacitación y la formación especializada desempeñan un papel fundamental en este proceso, ofreciendo a los docentes las herramientas necesarias para adaptarse a las demandas del contexto actual y fomentar un ambiente educativo enriquecedor. Así, ser un buen profesor implica un compromiso continuo con el desarrollo personal y profesional, en busca de un impacto positivo en la vida de los estudiantes y en la sociedad en su conjunto.



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