Por Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y de la colección del Centro Botín, y Begoña Guerrica- Echevarría, directora del departamento de arte del Centro Botín
De forma generalizada se entiende que una beca supone meramente un apoyo financiero para poder llevar a cabo los proyectos seleccionados. Este suele ser el motivo principal del solicitante, pero en el caso de las destinadas a artistas hay otras dimensiones y aportaciones que vinculan tanto al artista beneficiario como a la institución que lo apoya, y que resultan en redes y colaboraciones entre profesionales o novedosos programas artísticos para los públicos, que se van reforzando a lo largo de los años. Desde la Fundación Botín promovemos con nuestras Becas de Arte un apoyo global y continuado en el tiempo, un compromiso compartido entre la institución y los artistas y una voluntad de nutrir el tejido artístico que enmarcamos en nuestros fines sociales. Una vez que los artistas forman parte de esta pequeña, pero gran “familia”, compuesta por más de 200 becarios, desde la Fundación Botín sentimos una conexión con sus a sus trayectorias, que, en numerosas ocasiones, nos complace saber que este vínculo es mutuo.
Desde 1993, año en que se abrió la primera convocatoria de la Beca de Arte de la Fundación Botín, el panorama artístico nacional e internacional ha variado y la Fundación ha ido adaptándose a los tiempos y, sobre todo, a las necesidades de los artistas, que, por otro lado, es su principal objetivo. Han quedado muy lejos aquellos inicios de las becas en los que, como el resto de las convocatorias de la institución, estas ayudas se destinaban exclusivamente a artistas de Cantabria. Desde entonces, las procedencias son muy diversas (en 2023 se recibieron 832 solicitudes de 84 países), la formación ya no ocupa la prioridad de las solicitudes y cada año observamos como artistas de carrera media, ya no solo emergentes, precisan de este apoyo para producir sus obras. Entendemos la carrera de los artistas como un proceso a largo plazo y, por ello, mantenemos nuestro compromiso sin límites de edad ni nacionalidades, sin establecer temáticas o prácticas específicas, basándonos tan solo en la confianza, en priorizar sus necesidades y en continuar nuestra relación con ellos más allá del tiempo que dura la ayuda económica
Echando la vista atrás comprobamos con orgullo que muchos de los artistas becados por la Fundación Botín cuentan con una trayectoria consolidada en el mundo del arte y presencia en exposiciones y colecciones de importantes museos e instituciones. Esto ha sido posible gracias al compromiso de cada uno de ellos con su trabajo y a que hemos tenido unos excelentes cómplices que nos han asesorado fuera de presiones e intereses.
«Haber recibido una beca de la Fundación Botín ha sido, desde el primer momento, una suerte de bienvenida a una escena de la que me siento parte y ahora más que nunca responsable»
Sandra Gamarra, beneficiaria de las becas de arte en 2004. Además, este año presenta su proyecto Pinacoteca Migrante representando a España en la 60 Bienal de Venecia.
Desde su creación hemos contado con jurados externos: comisarios, críticos y profesionales del arte que, junto a artistas becados en el pasado, han acudido a Santander cada año para seleccionar los proyectos que consideraban merecedores de esta beca, teniendo en cuenta la calidad y relevancia del proyecto presentado, así como el momento profesional de los artistas. Además, estos jurados han aportado a la Fundación sus consejos, siempre buscando mejorar las bases de la convocatoria y sus procesos en beneficio de los becarios y en relación con los cambios y necesidades del tejido artístico actual. Todos ellos nos animan a cuidar esta estrategia, a pensar en el futuro y a apoyar la investigación en el arte. El Arte Contemporáneo constituye el presente, el reflejo de la sociedad en la que vivimos y, también, el futuro de nuestro panorama artístico.
“Es una fantástica iniciativa de compromiso de una institución con los artistas, en términos de confianza, interés y apoyo llevada a lo largo del tiempo, que permite relaciones más sustentables en el ecosistema artístico” Agustín Pérez Rubio, jurado en la convocatoria de las becas de arte de 2010 y comisario del proyecto Pinacoteca Migrante.
Pero la beca, como se cita en el inicio de este texto, es más que un apoyo económico. Es el inicio de un vínculo que perdura y que se hace visible, en primer lugar, en la exposición ITINERARIOS. Este ciclo expositivo anual, que ha cumplido más de un cuarto de siglo y que desde 2018 se celebra en el Centro Botín, es una plataforma única para que los creadores presenten su obra a los públicos en un contexto institucional, para acercarles a sus investigaciones y a los lenguajes y materiales que han trabajado durante el periodo de la beca. Gracias a esta exposición, los públicos tienen la oportunidad de conocer y tomar contacto con lo más actual de la creación contemporánea y con los discursos sociales, políticos y estéticos más urgentes. Unos trabajos, realizados en disciplinas y localizaciones muy variadas, que quedan recogidos en un catálogo editado por la Fundación Botín.
Además, la Fundación Botín sigue atenta a sus trayectorias, realizando un seguimiento cercano de su trabajo y completando este apoyo -llegado el caso- con la adquisición de obra para que los artistas que han disfrutado de la beca estén representados en la colección de la institución. Especializada en arte contemporáneo, la colección está integrada por obras realizadas en una gran variedad de medios, conviviendo en ella un plural mosaico de conceptos y trayectorias que, en su diferencia generacional y de posiciones, suponen en conjunto un testimonio del arte de nuestros días contado desde la historia del programa de arte de la Fundación Botín.
Esta relación se completa con el contacto y el apoyo continuado de los artistas que han pasado por estas becas a través de distintos proyectos, tanto expositivos en el Centro Botín como fuera de la institución. Así, a través de la línea de “apoyo a la creación”, incluida dentro del apartado de formación del Departamento de arte, se contemplan ayudas destinadas al desarrollo de proyectos, procesos de investigación y producción de obra en el ámbito del arte contemporáneo para ex becarios.
Así, este año la Fundación Botín se une al Ministerio de Asuntos Exteriores, a la Unión Europea y Cooperación y a la AECID para apoyar a Sandra Gamarra (becaria en 2004) en el proyecto “Pinacoteca Migrante”, comisariado por Agustín Pérez Rubio (quien fue jurado en la edición de 2010) para el Pabellón de España en la Bienal de Venecia 2024. También merece destacar aquí que, en 2023, la Fundación Botín puso en marcha el ciclo expositivo Enredos con la artista Eva Fàbregas, becada en 2010. Este nuevo programa tiene como objetivo apoyar a artistas que han disfrutado de la Beca de Arte de la Fundación Botín y vincularles de nuevo con la colección, el edificio y los públicos, produciendo obra nueva y contemplando su adquisición para la colección.
Por todo ello, la Beca de Arte de la Fundación Botín supone iniciar un camino a largo plazo, que, compartido, nos hará crecer juntos adaptándonos a los tiempos y a las necesidades que surjan en el tejido artístico. Este 2024 se abre la XXXI convocatoria de becas de arte de la institución. Desde la Fundación Botín estamos plenamente comprometidos a continuar ofreciendo un apoyo sólido, a evolucionar de manera innovadora y a compartir de manera activa con los grandes artistas que forman parte de esta comunidad. Queremos seguir trabajando con dedicación y pasión por contribuir al florecimiento de la creatividad y al desarrollo artístico de quienes participan en esta valiosa convocatoria.
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