Apoyar la cultura, clave para el crecimiento económico y el fortalecimiento de nuestro país

  • Este nuevo capítulo del pódcast se centra en el apoyo público al sector de la cultura en España, unos recursos que -según los participantes- se reinvierten de forma directa en otras producciones, empleo joven e, incluso, la propia expansión de la oferta cultural en el país como principal atractivo turístico.
  • Iñaki de la Torre, periodista cultural, modera este nuevo episodio que, bajo el título ¿De verdad hacen falta subvenciones a la cultura en España?, cuenta con la participación de Jacobo Bergareche, productor audiovisual, guionista y escritor, y Álvaro Longoria, productor, directos y cofundador de Morena Films.

Las subvenciones a la cultura han sido un pilar fundamental en el desarrollo y la promoción de algunas artes como el cine, el teatro, la música o la literatura en nuestro país. A través de diversas ayudas, tanto del gobierno central como de las comunidades autónomas, se busca fomentar la creación artística, preservar el legado cultural y garantizar el acceso de la ciudadanía a actividades que enriquecen la identidad del país. Sin embargo, la necesidad y la efectividad de estas subvenciones es, a veces, objeto de debate: ¿debemos financiar proyectos con altas probabilidades de éxito o apoyar aquellos que dependen del respaldo público para realizarse, aunque supongan un retorno económico menor? ¿cuál es la relación entre cultura y turismo en nuestro país? ¿qué beneficios ha aportado la cultura a la sociedad?

En este nuevo episodio de “Las preguntas de la Fundación Botín”, bajo el título ¿De verdad hacen falta subvenciones a la cultura en España?, participan Jacobo Bergareche, productor audiovisual, guionista y escritor, y Álvaro Longoria, director de cine y productor de películas. Ambos, junto al moderador Iñaki de la Torre, periodista cultural, analizan y debaten sobre la situación del sector cultural en España.

En su intervención, Jacobo Bergareche señala que, aunque al hablar de ayudas públicas a menudo se piensa primero en el cine, es importante recordar que otras disciplinas como la literatura, la cerámica y otras artes también dependen de este respaldo económico. «No estoy seguro de si el mecenazgo debe venir necesariamente del Estado, pero sí de que alguien debe financiar el esfuerzo creativo hasta que estas actividades puedan generar ingresos por sí mismas» incide, subrayando la necesidad de que haya un apoyo inicial para sostener la riqueza cultural que estas expresiones aportan a la sociedad.

Por su parte, Álvaro Longoria explica que, cuando se habla de subvenciones, “parece que estamos hablando de dinero regalado pero, en realidad, estas ayudas no son a fondo perdido y están destinadas a complementar la financiación de proyectos culturales. Además, también se reinvierte en salarios, sobre todo de trabajadores jóvenes; es decir, vuelve a la sociedad”. En este sentido, pone de ejemplo la película Campeones, un proyecto cinematográfico de Morena Films que tuvo una gran repercusión social, aparte de comercial, y que nunca se hubiese rodado si no hubiera sido por la ayuda económica del Gobierno. Este largometraje, dirigido por Javier Fesser, recibió 1.400.000 euros en subvenciones del Ministerio de Cultura -un tercio de su presupuesto- y, como resultado, obtuvo tres Premios Goya, incluido el de mejor película.

Aun así, ambos invitados coinciden en que las subvenciones no garantizan necesariamente la buena calidad de una película o una obra literaria. “Es muy complicado saber qué va a funcionar y, por eso, parece que hay que apoyarlo todo. Una película en euskera o en aranés, solo sería posible con dinero público y, muchas veces, la gente es reticente a que se apoyen este tipo de proyectos que claramente tienen un retorno económico menor. Si siempre se apostara por aquello que va a tener interés, o audiencia, estaríamos retroalimentando una cultura “mainstream” en nuestra sociedad”, puntualiza Álvaro.

La oferta cultural como motor del turismo nacional

A lo largo de este episodio también se hace referencia a cómo la cultura y el turismo están estrechamente relacionados, ya que la oferta cultural de un país atrae millones de visitantes cada año. Destinos con rica herencia cultural, como museos, festivales, tradiciones locales y lugares históricos, no solo mejoran la experiencia del turista, sino que también generan importantes ingresos económicos para la región. En España, por ejemplo, la cultura representa un motor clave para el turismo, contribuyendo al desarrollo sostenible y al fortalecimiento de la identidad local. “La gente visita nuestro país porque les intriga la cultura española y la única forma que han tenido de descubrirla es a través de las obras culturales que conocen. Pues bien, ese arte ha tenido que fabricarse de alguna manera.”, comenta Longoria. Sin ir más lejos, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha revelado recientemente que, en la actualidad, el turismo cultural representa el 40 % del total de los viajes globales.

La cultura es un sector estratégico, es un manto que nos estructura como sociedad y nos da valor, y que destaca por su capacidad para generar contenido y talento a nivel global. Según el Ministerio de Cultura, el empleo cultural medio en 2023 registró un incremento del 4 % con respecto al año anterior. Además, esta industria se caracteriza por ser una fuente significativa de empleo, especialmente para los jóvenes, quienes a menudo enfrentan mayores dificultades para acceder al mercado laboral.

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