
En los últimos años, el turismo cultural ha crecido considerablemente, convirtiéndose en una de las principales motivaciones de los turistas, quienes ya no buscan únicamente descansar en un lugar paradisiaco. Esta transformación en las preferencias de los viajeros responde a la creciente demanda de experiencias auténticas y enriquecedoras, también a nivel personal y emocional. De hecho, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el 40% del total del turismo mundial está compuesto por viajeros interesados en el turismo de cultura, lo que resalta la relevancia de esta modalidad y su tendencia al alza.
¿Qué es el turismo cultural?
El turismo cultural es una modalidad de turismo que se centra en la exploración de la identidad y las tradiciones de un lugar. No se trata solo de desconectar y descansar, sino de sumergirse en la historia, el arte y las costumbres autóctonas. Este tipo de turismo permite a los viajeros vivir experiencias auténticas, participando activamente en la vida local. Además, el turismo cultural incluye también la visita a destinos que albergan y celebran la historia y el legado de otras culturas a través de museos, centros de arte o instituciones especializadas. Por ejemplo, lugares como el Centro Botín, en Santander, combinan la promoción del arte contemporáneo con una experiencia cultural única, lo que los convierte en un atractivo para quienes buscan enriquecer su conocimiento y conexión con diversas expresiones artísticas y culturales.

En este contexto, España cuenta con numerosos destinos atractivos para el turismo cultural, como Madrid, Barcelona, Sevilla y Granada, que destacan por su patrimonio histórico y artístico. En el norte de España, Santander se ha consolidado como un destacado referente cultural, recibiendo, entre enero y julio de 2024, 401.000 turistas, lo que supone un incremento del 7% en comparación con el mismo período en 2023, según el Ministerio de Industria y Turismo (MIT). Este crecimiento se enmarca en el auge turístico de Cantabria, que en 2023 alcanzó un récord histórico con la llegada de 434.110 visitantes internacionales, reforzando así la creciente importancia de la región como destino turístico.
En este sentido, el Centro Botín ha sido fundamental en este proceso, ya que en 2024 recibió más de 176.7800 visitantes, un incremento del 6,5% respecto al año anterior. Este crecimiento destaca especialmente por el aumento significativo de visitantes provenientes de otras comunidades autónomas y del ámbito internacional.
Importancia del patrimonio cultural para el turismo
Uno de los pilares más importantes del turismo cultural es la valoración y preservación del patrimonio cultural. Este patrimonio abarca desde monumentos históricos, arquitectura, arte y gastronomía, hasta costumbres, festivales y músicas tradicionales. La importancia del patrimonio cultural radica en que no solo preserva la identidad de una comunidad, sino que también se convierte en una fuente de atracción para turistas de todo el mundo.
A nivel mundial, monumentos como el Coliseo en Roma, la Torre Eiffel en París o la Gran Muralla China son ejemplos de cómo el patrimonio cultural se convierte en un imán para millones de turistas cada año. Sin embargo, este fenómeno no solo se limita a las grandes ciudades, sino que también tiene un impacto relevante en áreas rurales, donde el turismo cultural y el turismo rural están estrechamente relacionados. El turismo cultural trasciende lo meramente visual y ofrece a los viajeros una conexión inmersiva con la cultura local que enriquece la experiencia turística a través de fiestas populares, tradiciones ancestrales y gastronomía autóctona. A su vez, también fomenta un vínculo emocional entre los visitantes y la comunidad, dejando recuerdos duraderos y una comprensión más profunda de la historia y las tradiciones de la zona.

En el caso de Santander, su patrimonio cultural es fundamental para atraer a turistas interesados en conocer más sobre la ciudad. Desde su arquitectura, sus playas y su gastronomía, hasta sus tradiciones y festivales, la ciudad ofrece una experiencia completa que atrae a los amantes de la historia y la cultura. En este sentido, la Fundación Botín desempeña un papel clave en la conservación y dinamización del patrimonio cultural a través de iniciativas como el Programa Patrimonio y Territorio, que busca impulsar el desarrollo sostenible en áreas rurales de Cantabria, especialmente en los valles del Nansa y Peñarrubia. Algunos ejemplos de sus iniciativas incluyen la revitalización de recursos naturales y culturales, la mejora de la calidad de vida de los residentes mediante equipamientos y actividades económicas, y la promoción de la conservación del paisaje y patrimonio. Además, busca mantener a la población joven en la región y crear un modelo que pueda transferirse a otras áreas rurales.
Por su parte, el Centro Botín, desde su apertura en 2017, ha sido un motor clave en la promoción del turismo cultural en la ciudad, ofreciendo exposiciones de arte contemporáneo, actividades o eventos como el “II Encuentro Internacional: Artes, Emociones y Creatividad”, organizado junto a la Universidad de Yale. Estos espacios no solo atraen a turistas, sino que también promueven un intercambio cultural enriquecedor entre residentes y visitantes. En 2024, más de 54.330 personas participaron en eventos formativos y culturales en el Centro de Arte de la Fundación Botín en Santander, registrando así un aumento notable de cerca de 20.000 participantes más que en 2023, lo que muestra cómo la ciudad está integrando el turismo cultural de manera efectiva.
Ventajas del turismo cultural
Una de las principales ventajas del turismo cultural es su enfoque sostenible. Al centrarse en el patrimonio cultural y las tradiciones locales, este tipo de turismo promueve el respeto por las costumbres autóctonas y fomenta la preservación de las ciudades. Además, genera ingresos que pueden ser utilizados para reinvertir en la conservación de monumentos y en la creación de nuevos proyectos culturales que vayan más allá de las culturas locales, poniendo en valor la historia y el legado de otras regiones. Esta capacidad de unir lo local y lo global contribuye significativamente al desarrollo cultural y económico de las regiones que lo promueven.

Así, la importancia del turismo de cultura no solo reside en sus beneficios sociales y culturales, sino también en su fuerte impacto económico. Según la OMT, el turismo cultural genera una cantidad significativa de empleo y está directamente relacionado con la revalorización de los espacios públicos y el apoyo a la economía local.
El turismo cultural abarca un enfoque tan amplio que engloba múltiples modalidades, como el turismo histórico, literario, cinematográfico o gastronómico. Esta diversidad tiene un impacto significativo en la economía regional, ya que las iniciativas culturales suelen estar estrechamente relacionadas con sectores como la hostelería y el entretenimiento. Como resultado, se genera un círculo virtuoso que estimula el desarrollo económico y social, beneficiando a los comercios y servicios turísticos locales.
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