La gestión del agua en España en el siglo XXI

Coloquio XXI

Se celebra en nuestra sede de Madrid bajo el título La gestión del agua en España en el siglo XXI.

El martes 20 de enero de 2015, a las 12.00 horas, tiene lugar en la sede de la Fundación Botín en Madrid (C/Castelló 18C) un nuevo coloquio del Observatorio del Agua, con la intervención de Antonio Lamela, Prof. Dr. Arquitecto, Urbanista y planificador del territorio, Premio Rey Jaime I, Dr. Honoris causa UCJC y Académico RADE.

Se ruega confirmación de asistencia hasta el día 19 de enero, enviando un correo electrónico a observatorio@fundacionbotin.org, indicando nombre y apellidos.

Sobre el coloquio:

El agua, como recurso estratégico, al igual que los energéticos, con los que está obviamente muy relacionada, debe ser contemplada con una visión geoística y holista, superando demarcaciones y fronteras convencionales. 

La gestión del agua en el siglo XXI -enormemente compleja- implica utilizar en cada caso y momento la opción o el conjunto de opciones disponibles más adecuado, más eficiente y menos gravoso económica y medioambientalmente. Permitir la autogestión de cada territorio, evitando la dependencia hídrica y el subsidio.

Disponemos de notables innovaciones en la depuración de aguas residuales, y muy especialmente en la desalación de agua salobre y de mar, cuyos últimos avances en este campo logran reducir progresivamente el consumo de energía eléctrica, incluso generarla, simultáneamente, como ya se está haciendo de forma experimental pero muy avanzada.

También es preciso considerar la potenciación de las aguas superficiales: los lagos provocados y grandes embalses que inducen un microclima y ecosistema asociados con añadida riqueza económica, si se impide la reducción de su lámina de agua mediante trasvases que a veces los dejan reducidos a fango y lodo. Es la innovadora propuesta de «lagos sustentables» que hago en mi libro «El agua en España. Nuevos lagos sustentables», para los embalses de Entrepeñas y Buendía, aplicable a otros muchos lugares de España, o del mundo. 

La «politización» de la gestión del agua queda patente en la subvención del precio del agua, aplicada en ciertos modelos de gestión como los trasvases fluviales de agua intercuencas que, además de alterar el caudal de los ríos, suponen degradar sus ecosistemas y limitar el desarrollo económico de las poblaciones de las cuencas afectadas desfavorablemente. 

Se reduce la aportación de agua dulce al mar en el lugar en el que desembocan dichos ríos, aparte de conllevar un coste de infraestructuras muy difícil de amortizar, incluso en décadas. Implican también un coste disparatado en energía eléctrica -«huella energética»- para impulsar y desplazar ingentes volúmenes de agua a través de una enorme infraestructura hidráulica que, además, supone una infranqueable barrera física en el territorio, a lo largo de cientos de kilómetros, y gran consumo energético. 

Con inversión en infraestructuras lógicas e innovación, España mejoraría la renovación de su sector industrial y técnico, pudiendo ser exportadora de I+D+i+F en este sector.



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