La importancia de apostar por un futuro sostenible

Bruno Sánchez- Briñas Vázquez, coordinador del Área de Desarrollo Rural

El compromiso que la Fundación Botín por el desarrollo del medio rural cántabro se inició en el año 2010 con la puesta en marcha de su programa de Desarrollo Rural, Patrimonio y Territorio en el valle del Nansa y Peñarrubia. Esta iniciativa nacía para ser un referente en el desarrollo sostenible del medio rural a partir de sus propios recursos naturales, culturales, económicos y humanos. Desde sus inicios, el programa ha adoptado una visión holística del desarrollo del territorio, involucrando a los habitantes en las actuaciones y promoviendo el sistema de gestión bottom-up, como ya se discutió en mi artículo anterior Invertir la tendencia en el medio rural.”

En esta ocasión, queremos destacar la importancia de apostar por el talento rural joven con la intención de demostrar que es posible revertir la tendencia de abandono de los pueblos por parte de los jóvenes, todo ello mediante una estrategia integral que combine el respeto al patrimonio, la creación de valor añadido, la cooperación entre actores y la participación ciudadana. Esta apuesta por el futuro del medio rural no solo tiene el potencial de transformar las comunidades locales, sino que también ofrece la oportunidad de exportar la propuesta a otras regiones que enfrentan desafíos similares, pudiendo así trabajar en red y permitir que los jóvenes conozcan otros entornos.

La Fundación Botín viene trabajando con niños y jóvenes del valle del Nansa y Peñarrubia desde los inicios del programa, pero ha sido tras la pandemia cuando hemos tomado conciencia de los desafíos a los que se enfrentan, así como del gran potencial y las ganas de aportar su talento para dar a conocer su territorio y su patrimonio material e inmaterial. A lo largo de este periodo hemos respaldado y destinado recursos a un grupo de jóvenes del valle del Nansa, generando un impacto exponencial y siendo testigos de cómo dieron forma a la asociación «Entre Valles«, proporcionándoles una mayor operatividad, representatividad y la capacidad de canalizar de manera efectiva el impacto de sus iniciativas. Fruto de su incansable esfuerzo y dedicación, la asociación ha asumido la responsabilidad de organizar las Jornadas Europeas de Patrimonio del Valle del Nansa que, en su novena edición, este año estarán dedicadas al Camino Lebaniego, involucrando no solo a instituciones regionales y locales, sino también al Ministerio de Cultura, organismos privados y un significativo grupo de voluntarios del entorno. También organizaron con éxito el congreso «Jóvenes apostando por el medio rural», que se desarrolló durante el año de la juventud en 2022.

Antonio Abellán García y Pilar Aceituno Nieto. Departamento de Población, CSIC 2019.

Hemos visto que estas iniciativas están muy alineadas con  La Visión del Comité de las Regiones, que recientemente se ha hecho pública y determina que, a pesar de que las zonas rurales de la UE son muy heterogéneas, la mayoría de ellas comparte desafíos y oportunidades como el cambio demográfico, la transición verde y digital, la prestación de servicios y la calidad de vida. De esta manera, se han identificado diez objetivos comunes para La Visión Rural Europea en 2040, que van desde el desarrollo territorial armonioso hasta la inclusión de la innovación digital y la mejora de servicios público, basándose además en cuatro ámbitos de acción: zonas rurales más fuertes, conectadas, resilientes y prósperas.

En línea con este enfoque, la Cátedra Repobla de la Universidad de Córdoba -con quien la Fundación Botín colabora asiduamente- publicó en 2022 un informe que  ha proporcionado datos esenciales sobre la perspectiva de los jóvenes rurales, tales como que el 30 % de los estudiantes de bachillerato y formación profesional en áreas rurales se ven trabajando en el medio rural, cifra que asciende al 50,9 % entre los universitarios. Aunque existe una percepción positiva entre los jóvenes de mayor edad sobre la calidad de vida y las oportunidades en el medio rural, también señalan la necesidad de una oferta más amplia de cultura, ocio y formación para atraer y retener el talento joven.

Antonio Abellán García y Pilar Aceituno Nieto. Departamento de Población, CSIC 2019.

Pese a estos atisbos de aliento y positivismo, no hay que olvidar que la población de los pueblos está envejecida y masculinizada, de ahí que la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), en la Conferencia europea sobre reto demográfico y políticas contra la despoblación celebrada el pasado 3 de noviembre en La Granja de San Ildefonso (Segovia), señalase que el crecimiento vegetativo de la población del medio rural es negativo, lo que se traduce en que su pirámide generacional ha dejado de ser una pirámide para convertirse en un rombo. Esta situación supone un desafío para el desarrollo sostenible y la cohesión territorial del país, así como para la prestación de servicios públicos y la calidad de vida de las personas que viven en estas zonas.

Para revertir esta tendencia, desde la Dirección General de Políticas contra la Despoblación del MITECO, que dirige Juana López Pagán, se puso en marcha en 2022 Campus Rural, un programa innovador que permite a los universitarios de cualquier titulación oficial realizar prácticas formativas remuneradas en entornos rurales, fomentando así la vinculación de la población de diferentes zonas con los espacios rurales, generando así nuevas formas de arraigo y vínculo. Este 2023, en el segundo año de la iniciativa, se incrementaron considerablemente las solicitudes, así como las universidades adscritas y los fondos, aumentando por tanto el número de jóvenes becados.

A mi entender, y por todo lo anteriormente señalado, a pesar de los datos y análisis que confirman la disminución de población en el medio rural, no podemos hablar de Medio Rural Vacío, pues en esos entornos viven personas que todos los días hacen grandes esfuerzos para poder vivir según sus convicciones y sus preferencias; sobre todo los jóvenes, ya que estos tienen más probabilidades de abandonar las zonas rurales al estar en edad de trabajar, mientras que la población mayor y dependiente es menos propensa al cambio. Es por ello que debemos poner de relieve los Desafíos Específicos del Medio Rural a los que enfrentan los jóvenes, los cuales hemos observado que  trascienden fronteras geográficas y se manifiestan como retos específicos que afectan al medio rural en su conjunto;

Grupo de jóvenes con inquietud por el sector primario

Entre ellos, la constante amenaza de despoblación y envejecimiento de la población, que plantea un riesgo significativo para la vitalidad de estos entornos; también la percepción de una oferta laboral limitada, que nos lleva a la preocupación por la falta de empleo y a la falta de relevo generacional, o en determinadas actividades del sector primario a una inquietud más profunda sobre la sostenibilidad y desarrollo de las comunidades rurales en el tiempo. También la necesidad de una mejor oferta de ocio y cultura, así como de mejorar los servicios públicos -desde centros de formación hasta centros de salud-, que también pone de manifiesto la importancia de mejorar las infraestructuras y el acceso a servicios esenciales en estos entornos. Además, la insatisfacción con las conexiones y servicios de transporte, expresada especialmente en ciertas regiones, refuerza la idea de que la conectividad juega un papel crucial en la atracción y retención de la población joven en las zonas rurales.

En última instancia, merece la pena señalar el desconocimiento generalizado sobre la oferta de formación especializada vinculada a los sectores productivos, unido también a una falta de información sobre las posibles subvenciones o programas de ayuda al empleo o al desarrollo de proyectos empresariales.

El conjunto de acciones vinculadas a las políticas que subsanen estos desafíos, deben de ser diseñadas para permitir la medición de impactos y la evaluación de la eficacia, facilitando la identificación de áreas de mejora y ajustes que se adapten a entornos cambiantes y permitan optimizar resultados. Este enfoque integral no solo impulsa el desarrollo de un territorio, sino que también proporciona una base sólida para exportar y compartir prácticas exitosas con otras regiones.

Participantes de las jornadas de Talento Rural Joven en la sede de la Fundación Botín en Madrid

Desde la Fundación Botín reconocemos estos desafíos, así como identificamos otras muchas oportunidades con las que cuentan los jóvenes de los entornos rurales, y su compromiso se materializa en el programa Talento Rural Joven, una iniciativa del programa de Desarrollo Rural, Patrimonio y Territorio que ofrece una respuesta integral, abordando problemáticas como la falta de formación especializada, la necesidad de innovación y emprendimiento, y la importancia de redes de apoyo y profesionalización. Así, desde Talento Rural Joven se facilita la conexión entre jóvenes rurales y otros actores relevantes, fomentando la generación de redes, proporcionando servicios adicionales, contribuyendo a la profesionalización y reduciendo la brecha y falta de oportunidades en el medio rural. A través de esta iniciativa, la Fundación Botín no solo realiza una apuesta por el presente de los jóvenes del valle del Nansa, sino que aspira a establecer un modelo replicable que pueda inspirar y beneficiar a jóvenes rurales de otros entornos que se enfrentan a desafíos similares.



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