El campo se reafirma como pieza clave en un mundo cada vez más urbano

  • Las zonas rurales, importante pilar en la producción de alimentos, se enfrentan a desafíos cada vez más complejos con propuestas innovadoras que generan oportunidades.
  • Ya es posible escuchar el nuevo episodio ¿Y qué pasa con el campo?, en el que hablamos de todo esto con Manuel Pimentel, exministro de Trabajo y Asuntos Sociales, y ganadero; Remedios Sánchez Quirós, ganadera e ingeniera en cartografía y geodesia; y Lucía López Marcos, especialista en transferencia de conocimientos entre los sectores agrario y ambiental.
  • Los invitados analizan la situación de un sector en el que sus actores luchan por mantenerse a flote, con un aumento de precios que no conlleva un incremento de ingresos. También comentan las iniciativas para revitalizar el campo, incluyendo proyectos sociales y medidas para atraer a los jóvenes.

A pesar de que las zonas rurales continúan siendo el soporte fundamental para alimentar a la población mundial, nos encontramos ante un desplazamiento masivo de la ciudadanía a localidades mayores. Según la ONU, el 54 % de la humanidad reside en áreas urbanas y se prevé que para 2050 esa cifra alcance el 66 %. Así, la realidad que viven quienes trabajan la tierra es cada vez más compleja: de acuerdo con la OCU, en los últimos tres años el precio de la cesta de la compra ha aumentado un 38 %, mientras que los precios de venta de los productores no han subido, lo que ha dejado tanto a consumidores como a agricultores y ganaderos en una situación desconcertante.

¿Y qué pasa con el campo? es el título del nuevo episodio -el séptimo- del pódcast “Las preguntas de la Fundación Botín”, en el que se profundiza sobre la importancia del medio rural en la sociedad moderna. Para abordar esta cuestión contamos con Manuel Pimentel, exministro de Trabajo y Asuntos Sociales, y ganadero; Remedios Sánchez Quirós, ganadera e ingeniera en cartografía y geodesia; y Lucía López Marcos, especialista en transferencia de conocimientos entre los sectores agrario y ambiental.

El desafío de vivir del campo

En la sociedad europea, cada vez más urbana, se observa una menor conexión con aquellos que producen los alimentos. Así lo detalla Manuel Pimentel, quien opina que “la alimentación fue muy barata durante mucho tiempo gracias a la globalización y la concentración en la cadena de suministro, lo que hizo que la sociedad olvidara a los productores”. Sin embargo, los tiempos han cambiado y ahora el campo se cobra su deuda, pues la producción agraria está limitándose y encareciéndose y, con ello, aumentando los precios de los alimentos. “Esto es, en el fondo, la venganza del campo,” concluye Pimentel, quien anticipa que la alimentación basada en productos naturales recuperará su importancia en las sociedades más cosmopolitas, impulsando a las nuevas generaciones a retornar al campo.

Para Remedios Sánchez Quirós, vivir del campo nunca ha sido fácil. “No compensan los precios que recibimos y, por mucho que nos guste nuestra profesión, no deja de ser un trabajo y necesitamos llevar a nuestras casas un sueldo.” Pese a los desafíos, ella decidió hacerse cargo de la explotación caprina de su familia tras completar sus estudios de Ingeniería en Cartografía y Geodesia, lo que refleja el profundo compromiso de muchas personas con sus raíces rurales, un lazo que trasciende las oportunidades más lucrativas que podrían encontrar en otros sectores o en entornos metropolitanos. Para estas personas, regresar al campo no es solo una cuestión de tradición, sino una manifestación de su determinación por preservar un modo de vida que consideran valioso, aunque el contexto económico no siempre sea favorable.

Para Lucía López Marcos, existe un gran desconocimiento de la realidad rural entre los habitantes urbanos. Como explica la experta agraria, la conexión entre la producción de alimentos y la sociedad se ha roto y, mientras los precios de la cesta de la compra suben, los ganaderos y agricultores se ven atrapados en una situación donde sus ingresos no reflejan esa subida y, además, se enfrentan al incremento en el coste de insumos. “Antes la gente vivía principalmente en zonas rurales y era una economía de autoabastecimiento” asegura, pero con el éxodo hacia las ciudades se perdió el contacto con la tierra y con el proceso de producción de alimentos, lo que ha llevado a un distanciamiento entre los consumidores y quienes trabajan en el medio rural. Esta situación se ha agravado con sucesos globales, como la guerra en Ucrania y la sequía, que han incrementado los costes de producción.

Proyectos sociales para revitalizar el mundo rural

Con el objetivo de hacer frente a estos retos, existen iniciativas inspiradoras que buscan revitalizar el mundo rural y ofrecer nuevas oportunidades a las comunidades que allí residen. José Alfredo Martín Piñas ha fundado en Oliete, Teruel, “Apadrina un Olivo”, una iniciativa que es un claro ejemplo de cómo se puede cambiar el futuro de un pueblo a través de la iniciativa social. Este proyecto ha logrado recuperar más de 20.000 olivos, generando empleo para 40 familias en un pueblo de apenas 365 habitantes, lo que demuestra que la innovación social puede transformar realidades aparentemente olvidadas.

De la misma manera, existen otros programas similares, tal y como detalla Lucía López Marcos. Así, en Artieda (Zaragoza) se ha implementado “Envejece en tu pueblo”, donde se realizan actividades para mejorar la calidad de vida de las personas mayores que allí habitan, ayudándoles a usar el teléfono móvil, acompañándolos al médico o potenciando su vida social con desayunos o cenas, entre otras cosas. De igual modo, incluyen a los jóvenes en los planes para mantener y atraer a las nuevas generaciones, ya que el futuro del campo depende en gran medida de ellos.

Cómo atraer a los jóvenes al campo

Para rejuvenecer los pueblos es fundamental que la actividad rural sea rentable, tenga prestigio y cuente con los servicios necesarios. “La gente joven iría a un campo mucho más tecnificado, que es lo que demandan,” asegura Manuel Pimentel. Para lograrlo, es fundamental contar con una acción política que respalde la producción local en lugar de centrarse únicamente en la importación, como subraya Remedios Sánchez Quirós. Es crucial implementar medidas que permitan a los jóvenes emprendedores rurales acceder a los recursos del entorno y hacer que el medio rural resulte más atractivo. Y es que, como concluye Lucía López Marcos: “Cuando se consigue atraer a jóvenes, llegan más jóvenes.”

En este contexto, cabe destacar la labor de la  Fundación Botín con iniciativas como Nansaemprende, un programa diseñado para impulsar y apoyar la creación de empresas en las zonas rurales de Cantabria, que tiene como objetivo brindar a los emprendedores la ayuda necesaria para establecer y gestionar sus negocios de manera adecuada. Gracias a este programa -que ya tiene más de diez años de experiencia- surge recientemente RuralEmprende, que cuenta con financiación del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y cuyo fin es promover la economía sostenible en áreas rurales a través del fomento del emprendimiento y la creación de empleo, para mejorar así la calidad de vida de sus habitantes.

El campo, con sus desafíos y oportunidades, sigue siendo el corazón que alimenta al mundo. Las voces de aquellos que viven y trabajan en él nos recuerdan la importancia de no olvidar nuestras raíces, incluso en un mundo cada vez más urbano y desconectado de la tierra.

Este pódcast puede escucharse ya en: Spotify, Ivoox, Podimo, Youtube, Apple Podcast, Google Podcast, así como en la web de la Fundación Botín.



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