
- Bajo el título “¿Guinda o pastel? ¿La cultura sirve o debe servir para algo?”, Alberto Fesser conversa con Íñigo Sáenz de Miera sobre el valor social, económico y turístico de la cultura, así como los retos para su reconocimiento y sostenibilidad en la sociedad española.
- En este tercer episodio de 2025 del podcast “Las preguntas de la Fundación Botín”, Fesser plantea la necesidad de un modelo colaborativo entre el sector público, privado y el consumidor final, para asegurar la viabilidad y el impacto de las iniciativas culturales.
Bajo el título “¿Guinda o pastel? ¿La cultura sirve o debe servir para algo?” Alberto Fesser, presidente de La Fábrica y Fundación Contemporánea, y cofundador de La Fábrica, empresa referente en la creación, desarrollo y gestión de proyectos culturales contemporáneos, conversa con el director general de la Fundación Botín, Íñigo Sáenz de Miera, sobre el papel transformador de la cultura, la sostenibilidad del sector y la necesidad urgente de colaboración entre lo público, lo privado y la ciudadanía. Ingeniero del ICAI, Fesser tuvo una larga trayectoria en consultoría de gestión empresarial antes de asociarse en 1998 con Alberto Anaut para desarrollar el proyecto de La Fábrica. Asimismo, ha colaborado con instituciones y empresas en el diseño y programación de espacios culturales.
Desde su creación en 2008, Fesser ha sido presidente de Fundación Contemporánea, entidad promovida por La Fábrica para contribuir al desarrollo profesional del sector cultural a través de formación, encuentros profesionales y estudios como el Observatorio de la Cultura. En 2023 asumió la presidencia de La Fábrica tras el fallecimiento de Alberto Anaut. Como resultado, este nuevo capítulo de “Las preguntas de la Fundación Botín” es una reflexión abierta sobre cómo construir una sociedad que realmente valore la cultura.
Para ello, en esta conversación Fesser parte de una convicción profunda: la cultura tiene un valor social incalculable. No se trata solo de arte, entretenimiento o creatividad, sino de una herramienta para la transformación personal y colectiva. Según él, la cultura es “un campo fértil” que permite cultivar capacidades, imaginar futuros distintos y mejorar como personas y como sociedad.
A pesar de ese poder transformador, Fesser lamenta que en España la cultura no esté lo suficientemente valorada, ni por las administraciones, ni por los partidos políticos, ni por los medios, ni por los ciudadanos. El sector sufre una “falta de reconocimiento” que se traduce en escasa financiación, poca visibilidad y menor impacto del que podría tener. “Nos falta sociedad civil que defienda la cultura como un bien común”, afirma.
¿Una cultura gratuita es verdaderamente apreciada? Fesser es claro: “Si valorásemos la cultura, estaríamos dispuestos a pagar lo que cuesta”. En su experiencia, intentar que el público asuma el coste real de los proyectos culturales suele resultar “decepcionante”, lo que pone en evidencia un problema estructural: el valor simbólico de la cultura no se traduce en valor económico. Aun así, defiende un modelo de financiación mixto en el que también contribuyan las administraciones, empresas y fundaciones.
En este sentido, Fesser reivindica el modelo de La Fábrica, empresa privada que desde hace 30 años impulsa proyectos culturales sin depender de presupuestos públicos fijos. Su fórmula: “sumar esfuerzos”, con múltiples agentes, para lograr proyectos sostenibles, relevantes y con impacto. En lugar de separar estrictamente el ámbito público y el privado, propone centrarse en los objetivos comunes, más allá de las diferencias institucionales. “Cada uno por separado no podría hacerlo. Pero juntos, sí. Eso no es sumar, es multiplicar”, asegura Alberto Fesser.
Al abordar el tema de la inteligencia artificial, Fesser adopta una postura cautelosa: reconoce su gran potencial disruptivo, aunque cuestiona si realmente responde a una necesidad humana auténtica o si, por el contrario, es “una solución a un problema que no teníamos”. A pesar de estas dudas, insiste en que el sector cultural debe asumir su responsabilidad, tanto en la incorporación de estas tecnologías como en liderar la educación y conciencia ante los grandes retos actuales, como el cambio climático.
Al final del episodio, Sáenz de Miera le pide a Fesser que comparta el nombre de alguna iniciativa cultural que, a su juicio, esté haciendo algo valioso y rompedor en el contexto actual. Fesser menciona el espacio de la Colección SOLO en Madrid, que ha tenido ocasión de visitar recientemente y que considera un proyecto singular a nivel internacional. Un ejemplo, dice, de mecenazgo sofisticado, impulsado “por amor al arte” y por el disfrute de quienes lo hacen posible.
También aprovechó la ocasión para reivindicar el valor de las iniciativas culturales pequeñas, muchas veces rurales, dirigidas a públicos limitados y desarrolladas con pocos recursos. Son caminos que, aunque no siempre producen resultados inmediatos ni cuentan con una gran visibilidad, “valen muchísimo la pena”, sostiene. En su opinión, el creciente número de proyectos culturales valientes, diversos y bien planteados que están surgiendo en diferentes puntos del país, es una señal de que la cultura sigue siendo un motor vivo y necesario para la sociedad.
Este pódcast puede escucharse ya en: Spotify, Ivoox, Podimo, Youtube Music, Apple Podcast, así como en la web de la Fundación Botín.


Compartir