Javier Botín, Presidente de la Fundación Botín
Resultaría extraño hablar de 2020 sin hacer referencia a la pandemia de la COVID-19, a sus dramáticas consecuencias y al modo en que ha impactado en todos los ámbitos de la sociedad, de la economía, de las relaciones sociales, del papel de lo público en la sociedad y, por supuesto, del Sector Social. Tal como sucedió en la crisis financiera de 2009, el Sector Social ha respondido de una manera ejemplar y ha demostrado que es esencial para el funcionamiento de la sociedad y de la economía. No debemos olvidar que su aportación al PIB representa el 1,45 %, lo que lo sitúa al nivel de sectores como la metalurgia o las telecomunicaciones, y emplea al 3 % de la fuerza laboral en España.
La Fundación Botín, como todos, también se ha visto afectada, aunque es cierto que esta crisis nos ha permitido y obligado a hacer una reflexión estratégica, un ejercicio que ha reafirmado los objetivos que persiguen nuestros programas sociales, hoy más vigentes que nunca. Así, desde Talento Solidario nos hemos centrado en acompañar a las organizaciones sociales españolas en hacer frente a los retos específicos que esta pandemia les ha presentado. Para ello, se ha abierto un canal de escucha con el que hemos detectado sus necesidades más urgentes, aquellas que se han visto agravadas en el último año, dándose así respuesta a 200 peticiones junto a más de 30 empresas que colaboran con el programa. Además, todo apunta a que en los próximos años se va a poder profundizar en el proceso de transformación de las 263 organizaciones sociales que, trabajando en red e innovando más, están logrando mejorar de forma muy significativa su eficiencia e impacto social.
También este año tan especial ha puesto de manifiesto cómo el buen funcionamiento de las instituciones públicas es fundamental. Esto es lo que persigue desde hace más de 10 años el Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina. A través de esta iniciativa, la Fundación Botín trata de contribuir a fortalecer el sector público de la región por medio de una red de jóvenes servidores públicos formada por más de 350 miembros de 20 países. Así, y a pesar del contexto general, en 2020 se mantuvo este compromiso y se llevó a cabo su XI edición, una convocatoria que reunió en España a 20 alumnos de 13 países latinoamericanos, cumpliendo para ello con todas las normativas y medidas de seguridad del momento e impartiéndose en formato semipresencial en Santander y Madrid.
Quedará para el recuerdo el 12 de mayo de 2020, fecha en que el Centro Botín reabría sus puertas tras el confinamiento. Nos gusta pensar que su apertura –la primera de España y una de las primeras de Europa– fue un signo de confianza e ilusión tras unos meses muy complicados. De esta forma, los ciudadanos pudieron volver a disfrutar de sus propuestas artísticas, formativas y culturales, todo ello bajo el convencimiento de que, ahora más que nunca, las artes juegan un papel fundamental en el desarrollo personal y social.
A pesar de todas las limitaciones, la oferta de actividades artísticas, culturales y formativas del Centro Botín en 2020 se materializó en una programación variada compuesta por 251 actividades, distribuidas entre 40 semanas, que incluían conciertos, ciclos de cine, espectáculos de danza y teatro, diferentes tipologías de visitas a las exposiciones, talleres, cursos, etc. Para poder llevarlo a cabo el centro de arte adaptó su funcionamiento y el desarrollo de sus actividades, ofreciendo así una visita tranquila y segura, y alcanzándose una satisfacción del público de 4,7 sobre 5, un porcentaje de ocupación del 88,9% y una media de 6 actividades semanales durante todo el año.
En Educación Responsable la posibilidad –y la obligación– de trabajar a distancia nos permitió contribuir a hacer más llevadero el año acompañando a los centros educativos y creando nuevos contenidos, no solo para los colegios sino también para los hogares. Igualmente, hemos creado nuevos espacios online de formación, encuentro y reflexión para que los docentes pudieran afrontar juntos, y coordinados, los nuevos desafíos que se les presentan y hacerlo, además, desde la educación emocional, social y de la creatividad.
Pero si de algo ha servido este año, es para que la sociedad en su conjunto se haya dado cuenta de la importancia de la ciencia y, muy especialmente, de la Transferencia Tecnológica en Biomedicina, que es de lo que fundamentalmente va a depender nuestra recuperación económica y social. Este año hemos confirmado –y agudizado– la necesidad de modernizar nuestro sistema de Transferencia Tecnológica, algo en lo que la Fundación Botín lleva más de 20 años trabajando. Por todo ello, la Fundación Botín seguirá apostando por este ámbito y, más en concreto, por la creación de empresas que desarrollen productos o servicios basados en las investigaciones de nuestros científicos.
Estamos convencidos de que, a pesar de la dureza de sus consecuencias, esta crisis reforzará nuestra sociedad, lo que sin duda contribuirá de un modo decisivo al desarrollo de España y de Europa. No debemos perder la esperanza; sabemos que vamos por el buen camino y estamos mejor preparados que hace diez años, pero nos queda por delante el gran reto de seguir impulsando una mayor y mejor colaboración entre organizaciones sociales y entre sectores, no solo a nivel nacional, sino también de forma global y coordinada, construyendo así entre todos una sociedad mucho mejor para el futuro.
Javier Botín
Presidente del Patronato